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Alimentos para la piel

El papel que tienen la dieta y sus modificaciones 
en las enfermedades de la piel es motivo de controversias

 EFE 

 un exceso o un déficit de nutrientes. Foto: Vanguardia-Archivo





















Algunas de las enfermedades más frecuentes de la piel son procesos de larga duración que obedecen a multitud de causas. Si los tratamientos, además de largos, son difíciles o requieren fármacos no exentos de efectos secundarios importantes, resulta muy útil identificar estilos de vida que permitan ayudar a controlar estos procesos", destaca Jorge Soto, miembro del Servicio de Dermatología de la Policlínica de Guipúzcoa y de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
El especialista reconoce que el papel que tienen la dieta y sus modificaciones en las enfermedades de la piel es motivo de controversias, y comenta: "aún no está probada la relación directa entre la dieta y el envejecimiento cutáneo pero, en cambio, se conocen otros aspectos, por ejemplo, que los alimentos con alto índice glucémico hacen empeorar el acné".
Además de afectar a enfermedades como el acné, el especialista detalla que la dieta tiene un "probable papel en la patogenia de otras enfermedades cutáneas como el pénfigo, la dermatitis atópica, la dermatitis alérgica de contacto, la psoriasis y la urticaria".
Sin embargo, existen otras patologías y cambios cutáneos cuya relación con la dieta es "incierta", según expresa el doctor Soto.
Asimismo, el especialista señala que no hay informes concluyentes "acerca de la relación exacta entre los nutrientes y el envejecimiento de la piel". No obstante, considera "evidente la influencia positiva que sobre el envejecimiento cutáneo tienen una dieta sana, y la reducción de la glicación de los alimentos durante su manipulación culinaria".
"La glicación es el resultado de la reacción del organismo a los azúcares, algo que se da cada vez más a causa de 'malcomer'", apunta Soto.
El dermatólogo explica que este proceso opera principalmente en la dermis. "Las moléculas de glucosa (azúcar) presentes en nuestra alimentación reaccionan con las estructuras moleculares proteicas, generando así una desorganización de dicha dermis", señala.
"También existen otras enfermedades, de carácter genético y metabólico, donde una dieta de eliminación o de suplementación de nutrientes específicos resulta obligatoria. En este grupo se encuentra la fenilcetonuria, una rara afección en la cual un bebé nace sin la capacidad para descomponer apropiadamente un aminoácido llamado fenilalanina, que se encuentra en alimentos que contienen proteína", expone.
"Desde el punto de vista dermatológico, se consideran característicos de estos pacientes la piel clara, el cabello rubio y los ojos azules. Con frecuencia, los niños que no han sido sometidos a dieta presentan eczemas cutáneos resistentes a los tratamientos habituales, aspecto pelagroide en áreas expuestas a la luz solar y fotosensibilidad. También se da hipopigmentación del cabello y de los ojos, con respecto a los otros miembros no afectados de la familia", describen los especialistas del Instituto de Errores Innatos del Metabolismo de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá.
La Asociación Española de Porfiria advierte de que el ayuno o seguir una dieta hipocalórica son dos factores desencadenantes de crisis agudas.
"En general, es aconsejable mantener un peso adecuado haciendo una dieta variada y equilibrada. Algunos médicos se refieren a ciertos productos como no aconsejados, por ejemplo, las coles (todas sus variedades) y los alimentos ahumados (tanto los industriales como los cocinados al carbón en la barbacoa)", describen desde esta entidad.
"Se recomienda que la toma de grasa sea menor del 30% del total de calorías y la de colesterol, de menos de 300 mg/día. Este aspecto deberá ser especialmente vigilado por el médico en los pacientes que hayan desarrollado hepatopatías. El uso de sal no necesita ser restringido, a no ser que exista hipertensión", añaden. Otros trastornos guardan relación con un exceso o un déficit de nutrientes.
Por último, también existen trastornos en los que, según indica el especialista, hay factores específicos de la ingesta implicados en la patogenia. "Es el caso de la trimetilaminuria (síndrome de olor a pescado) y del síndrome del aceite tóxico (enfermedad de la colza)".
Así, quienes padezcan alguna de estas patologías, deben prestar mucha atención a la dieta y tratar de evitar los alimentos que pueden hacer que empeoren. Recuerde que a nuestra piel, el mayor órgano que tenemos en el cuerpo, también hay que saber alimentarla.








































































































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